COMPASIÓN Y SOLIDARIDAD A LA HORA DEL CUIDADO

Por: Marta Luz Mora R.

Ser responsable del cuidado de una persona que por diferentes circunstancias y situaciones de la vida no puede cuidarse por sí misma y por lo tanto y/o no está en capacidad de atender las actividades cotidianas, requiere del compromiso, asistencia y responsabilidad de una alguien que lo atienda, con vocación de servicio y con un altísimo sentido de compasión y solidaridad. No se puede entender la tarea del cuidado sin contemplar estos dos valores que son elementos fundamentales para la provisión de atención en salud humanizada y centrada en la persona y que junto con la buena comunicación y empatía, permitan cultivar una buena relación cuidador- persona al cuidado.

Solidaridad versus Compasión.

La solidaridad y la compasión se pueden asociar tanto con sentimientos como con valores o virtudes.

La solidaridad es un sentimiento porque es un acto de generosidad y colaboración hacia los demás en diferentes momentos como desastres, guerras, enfermedades. Es un valor porque promueve la justicia y la igualdad y es una virtud porque nos lleva actuar de manera compasiva y desinteresada sin esperar una retribución. La solidaridad puede venir de cualquiera hacia cualquiera: familia, vecinos, amigos, personas en situación de vulnerabilidad y enfermos.  Nos acerca a las personas cuando necesitan un apoyo, una mano amiga y compresión y nos impulsa a construir una sociedad más justa, interconectada y que impacte positivamente la vida de otros.

En cuanto a la compasión, es un sentimiento que estamos acostumbrados a asociarlo a la pena y lástima que puede estar atravesando una persona o una comunidad.  Es un sentimiento humano que se manifiesta a partir de comprender el dolor de otro, pero también frente al dolor propio. Ocurre, que a veces somos compasivos con los demás, pero no con nosotros mismos; nos criticamos y subestimamos, razón por la cual también debemos practicar la autocompasión en momentos de sufrimiento o cuando cometemos errores.  Hablarnos con amor y tratarnos con amabilidad y bondad enfrentando la realidad y reconociendo que somos seres imperfectos y que esas circunstancias que nos afectan, son parte de la experiencia de vida.  

La compasión también es una virtud porque implica una acción positiva como es el deseo de ayudar y aliviar el dolor de otros bien sea total o parcialmente, y por último es un valor humano porque promueve la empatía, la solidaridad y la bondad y para eso es necesario tener la atención plena en el presente para poder colaborar en el momento que se requiere, detectar cual es la ayuda que podemos ofrecer, y estar abiertos frente a lo que la vida nos va presentando 

El cuidador frente al cuidado de otros.

Como ya lo hemos dicho, para practicar una compasión verdaderamente humanizada, primero debemos comprender de manera autentica y consciente nuestro propio sufrimiento en situaciones difíciles y dolorosas, porque esto nos permite   desprendernos de lo enteramente individual para reconocer y atender las necesidades sanitarias, sociales y emocionales de la persona a cargo, solidarizándonos con su dolor de forma más sensible y bondadosa, y generando bienestar.

Algunas recomendaciones para aplicar la compasión y la solidaridad son:

.Identificar y conocer las causas del sufrimiento de la persona al cuidado. Establecer una conversación cálida en la medida que la condición del familiar lo permita y generar confianza, facilita la búsqueda de soluciones que permitan aliviar el sufrimiento o dolor.

.Saber actuar según la situación. Prestar atención a las necesidades del otro implica además de escuchar, interpretar sus emociones, gestos y necesidades.

.Demostrar interés genuino en el bienestar de la persona a mi cargo.

.Ofrecer ayuda sin esperar nada a cambio.

.Fomentar la empatía en las actividades diarias. Dirigir una sonrisa, una expresión de cariño al entrar en contacto con la persona.

.Revisar nuestras propias acciones:  Preguntarnos como podemos ser más compasivos y solidarios en nuestra relación y en nuestras decisiones.

.Comunicarnos con amor y comprensión.

.Paciencia: Muchas veces la situación que queremos atender de la manera más positiva y eficiente, se ve frustrada ante el comportamiento de la persona que atendemos bien sea por que esta presenta una enfermedad mental, una incapacidad severa o tiene dificultades para comunicarse. 

Bibliografía:

.Greater good Magazine. La compasión.

.ECR. Requisitos para el cuidador.

.Lecturas en Google.

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