Merecimiento

¿Porque pensamos que no somos merecedores?

Se define la palabra merecimiento en el diccionario español, como el acto de merecer. Acción digna de premio o de castigo. A nivel espiritual, esta palabra significa o indica que los seres humanos debemos actuar de cierta manera para poder recibir amor, cariño, ser felices y vivir en un ambiente armonioso y pacífico. Es decir que debemos estar en un constante esfuerzo para hacernos merecedores a eso que por el simple hecho de existir nos corresponde.

Desde nuestra infancia aprendemos comportamientos basados en la forma en que nos hablan, como nos tratan y las experiencias vividas. Nuestro entorno religioso también nos lleva a construir unas creencias dañinas ya que nos enseña que tenemos que trabajar muy duro y realizar grandes sacrificios, durante nuestro paso por la tierra para merecer o ganarnos el paso al cielo. En algunas personas están tan arraigada estas creencias, que están convencidas que no son merecedoras de tener cosas, de vivir momentos maravillosos, si estas no han sido obtenidas con grandes dosis de sacrificio por lo tanto su esfuerzo no es valioso y se sienten mal con ellos mismos. Se castigan, se culpan no aceptan ni sus circunstancias ni su condición y son terriblemente duros con ellos mismos y consideran que para merecer, es necesario dejarse de ver a sí mismos y concentrarse en las necesidades y deseos de los demás antes que las propias, sin considerar si realmente es lo que quieren hacer.

  • No me merezco esta oportunidad. No he hecho el suficiente esfuerzo para ganármela.
  • No debo gastarme esta plata.
  • No merezco estar feliz ahora cuando mi amiga está sufriendo.
  • No merezco descansar ahora cuando debería estar ayudando a…

Estas y miles de excusas, más son las que nos imponemos para justificar que “no merecemos “que nos vaya bien, ni hacer lo que queremos hacer, ni ser como queremos ser. Cuando nos sentimos así, estamos saboteándonos nosotros mismos y conformándonos con lo que tenemos dando entrada a la resignación y al conformismo.

El no-merecimiento es definitivamente una creencia y un sentimiento que hemos programado en nuestro subconsciente pero que podemos cambiar.

¿Qué podemos hacer para sentirnos merecedores?

Nos acostumbramos a vivir en ese ambiente dañino de tal modo, que casi lo percibimos como normal: “No soy digno de merecer”, hasta que llega un momento en que debemos parar, reflexionar y poner un límite y preguntarnos ¿Porque creo no ser merecedor(a)? Podemos cambiar nuestras creencias, cambiando nuestros pensamientos y acciones, aquietando la mente y realizando un verdadero ejercicio interior cuestionando esa lista de creencias que nos detiene, nos paraliza, y que nos ha impedido por años sentirnos merecedores de amor, dignos de respeto, consideración, de reconocimientos entre otros muchos méritos.

La aceptación de nosotros mismos es uno de los pasos a dar para iniciar este proceso. No es una tarea fácil, pues al confrontarnos vamos a encontrar cosas que no nos gustan de nosotros mismos, van a llegar recuerdos que nos pueden generar dolor, hacernos sentirnos mal pero que están ahí guardados y nunca canalizamos.

Una manera de aceptarnos es cuando dejamos de ver o depender de la aprobación y la desaprobación de las otras personas que influyen en nuestras decisiones. Cuando esto sucede y se vuelve irrelevante esa aprobación, y somos nosotros los que tomamos acción y nos enfocamos en sentir quienes somos, entonces estamos aprendiendo a ser conscientes de todas las acciones y de cuáles son nuestras selecciones. Valorarse sin la necesidad del reconocimiento público es la base sólida y fundamental para llevar una vida de auténtica y felicidad pura.

Aprender a aceptarnos no significa que nos neguemos a cambiar o mejorar, es simplemente el comienzo para poder lograr las cosas y el merecimiento que tenemos. Aprender a aceptarnos no significa que nos guste lo que tenemos. Es experimentar y reconocer que hay un hecho o circunstancia que no podemos cambiar y ahí empieza la aceptación, cuando no dependemos de la aprobación de nadie y cuando empezamos a reconocernos a nosotros mismos.
Aceptarnos es amar nuestro cuerpo, nuestra cara, es aprender a dedicarle tiempo, a contemplarnos ante un espejo y valorarnos. Es admirar nuestra belleza interior y darle valor a lo que soy.
Tips para trabajar el merecimiento.
1. Aprender a consentirse. Disfrutar un buen masaje, una lectura, un postre, un rato de música o descansar.
2. Aprovechar al máximo cada momento de tu vida. Tantas oportunidades para pasar felices, que no se pueden dejar pasar.
3. Comparte el rato con aquellas personas que amas, que te hacen vibrar y reír.
4. Medita, respira con consciencia particularmente cuando se presenten momentos difíciles.
5. Reflexión.
6. Practica o rescata tus hobbies.
7. Háblate con cariño, valórate. Cuando somos conscientes del merecimiento nuestra autoestima mejora.
8. Repítete: Merezco todo lo bueno que me llega.
Estas sencillas prácticas nos llevarán más allá de la identificación con la mente y los sentimientos. Elevará nuestra conciencia a niveles cada vez más altos, llevándonos más profundamente al conocimiento de quienes realmente somos.
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