Relaciones familiares ¿Qué es la coodependencia y cómo se manifiesta?

El termino codependencia se puede definir en palabras sencillas como un trastorno psicológico en el cual una persona se centra de forma extrema en un lugar, en algo fuera de sí mismo o se preocupa exageradamente por los problemas de otra persona – la pareja, alguno o ambos padres, un amigo, el jefe - llegando muchas veces a olvidarse de sí mismo y de sus necesidades, y realizando actos tales como abandonar el trabajo y las amistades entre otros, para centrar su existencia en su relación con la persona de la cual es dependiente, buscando que esta nunca lo deje o que sienta necesidad de su presencia. Cuando no recibe la atención y la respuesta deseada, el codependiente se siente frustrado, decepcionado y puede llegar a hacerse daño a sí mismo y a la otra persona. En pocas palabras la codependencia es un adicción peligrosa e insana.
Un codependiente no es consciente del tipo de relación que desarrolla con algunas personas por mas enfermiza e insanas que sean estas. No pone límites y permite que lo maltraten, abusen de él, y lo hieran de manera deliberada, porque el codependiente confunde el amor, con la obsesión y adicción que siente por el otro y no es capaz de retirarse de esas relaciones toxicas. Este tipo de relaciones disfuncionales-codependientes son frecuentes en familiares que cuidan de enfermos crónicos, discapacitados, alcohólicos o drogodependientes. Pero también existen patrones de codependencia emocional en las relaciones de pareja, incluso en mujeres víctimas de maltrato; en las relaciones de madres y padres hacia sus hijos después de un divorcio, y en niños y adolescentes.
Este comportamiento permanece invariable solo hasta que el codependiente reconoce que se encuentra en una situación psicológica y decide hacer algo para cambiar su situación y forma de vida.
Características de la persona codependiente.
  • Niega inconscientemente sus emociones.
  • No identifica sus sentimientos.
  • Se califica como una persona muy generosa al “preocuparse” por lo demás.
  • Perfeccionismo.
  • Necesidad de controlar la conducta de los demás.
  • Piensa que se puede cuidar solo y que no necesita de la ayuda de los demás.
  • Busca ser aceptado por otras personas no accesibles emocionalmente.
  • Se resiente cuando sus ayudas o consejos no son aceptadas.
  • Se les dificulta tomar decisiones, admitir sus errores, cumplir con fechas y completar proyectos.
  • Problemas de intimidad.
  • Son muy sensibles a los sentimientos de las otras personas y los asumen como propios.
  • Juzgan fuertemente lo que otros piensan, dicen u opinan.
  • No manifiestan emociones de aprecio ya que consideran que son señales de debilidad.
  • Depresión.
¿Cómo puedo saber qué calidad de relaciones tengo con los demás?
Para poder establecer si la calidad de mis relaciones con los demás es buena o mala, hay que empezar por analizar cómo eran las relaciones familiares cuando éramos niños y cual era ese ambiente en que crecimos. ¿Había mucho control de parte de algún miembro de la flia? ¿Existía un stress financiero, pero esa carencia no se podía divulgar? ¿O por el contrario había tanta riqueza que se vivía en un ambiente de tensión? ¿Se vivía en un ambiente de pobreza, maltrato o abuso verbal o sexual?¿Alguno de los padres o hermanos era alcohólico o drogadicto, pero no se podía hablar de eso y la familia aceptada su condición y trataba de esconderla? ¿Había algún miembro de familia con algún cuadro de neurosis, o una enfermedad o condición compleja? ¿Perdí algún padre cuando era pequeño? Cualquier de estos problemas que por diferentes circunstancias se hayan vivido durante la niñez y adolescencia, causan un impacto en las personas que determinan la calidad de vida de las relaciones en la adultez. Adicional al ambiente familiar en que crecimos, también debemos analizar el ambiente educativo y las influencias que allí recibimos, la educación religiosa, como era la ciudad donde crecí y su cultura, entre otros.
Todo este conjunto de elementos que vamos acumulando desde que nacemos, forma una estructura, una base que es la que nos permite ver el mundo de una forma única, y va formando mi ser. Un ser multidimensional, porque todos tenemos una dimensión física (la relación con los demás y el ambiente que nos rodea), una dimensión mental (pensamientos), una dimensión emocional (sentimientos) una dimensión inconsciente ( que es a donde arrojamos toda la basura y las cosas que no nos gustan y por lo tanto no le damos la atención que merece, pero puede estar gobernando nuestra vida) y por último,la dimensión espiritual que abraza a todo el ser.
Es aqui donde debemos preguntarnos a cuál de todas dimensiones es  la que más le ponemos atención.
Existen muchas emociones, aunque solemos definir unas pocas. No conocemos la dimensión emocional. Por ejemplo, no es lo mismo el gozo, que la felicidad; la tristeza y la nostalgia. Hay emociones que son movilizantes y otras paralizantes. Las emociones que movilizan pueden ser la alegría, la injusticia, incomprensión, tristeza, amor, pero estas mismas emociones pueden ser paralizantes dependiendo de la forma como provengan.
La culpa, la decepción, la sobreprotección, la frustración, el mal genio, el miedo a algún miembro de la familia, son emociones que pueden influir negativamente en las relaciones con una o varias personas. Si aprendemos a identificar las emociones específicas, esto nos va permitir un profundo conocimiento de nosotros mismos y una inmensa sabiduría para conocernos en esos cambios de acción: quien soy yo en mi cotidianidad y que hago y que no hago en esa cotidianidad. Esa actitud con la que me relaciono en el mundo es la que determina la calidad de mis relaciones hoy. Teniendo esto claro, podemos analizar cuál es mi es mi actitud en una relación insana que quiero cambiar y cuál es la emoción que determina esa actitud. Si insisto en el cambio del otro, si la relación es abusiva, está llena de conflictos, o si siento culpa por algo que no me gusta, pero sin embargo siento apego por la otra persona, me dedico a vivir la vida de la otra persona y continuo en esa relación porque no sé cómo cambiarla. Es aquí donde está el origen de esa codependencia.
¿Qué hacer para liberarme de esa codependencia insana?
Los comportamientos codependientes tienen el propósito de evitar el dolor y el sufrimiento. Cuando niego y no acepto la realidad estoy nutriendo la codependencia. Sin embargo, esto no quiere decir que no esté sucediendo.
Cuando reconozco este sufrimiento y dolor que quiero evitar a toda costa y empiezo a mirar mi interior, a mirarme con amor a aceptar la realidad frente a las circunstancias, empiezo a resignificar el amor en mí mismo.
Una persona está libre de la codepencia cuando esta cómoda con sus relaciones, toma decisiones sanas e inspira positivamente a otros y cuando siente verdaderamente el amor por si mismo. Cuando hay coherencia entre lo que piensa, dice y hace. Cuando sana los dolores y las heridas más profundas incluso las más lejanas de la infancia. Cuando cultiva un buen balance en todas las áreas de su vida. Es una persona que sirve a otros con sabiduría y entusiasmo, que está compartiendo el amor que tiene dentro de sí.
Lectura Recomendadas:
Libro: Virginia Satir. Terapia familiar paso a paso.

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