Dejar ir tus miedos

El miedo es una emoción que cumple un papel fundamental: la supervivencia y la defensa. Es una de las emociones más básicas y primarias del ser humano, así como de cualquier mamífero, y aunque sea una emoción desagradable ya que nos hace sentir mal, inquietos e indefensos, es una emoción indispensable, porque sin ella llevaríamos una vida temeraria, en riesgo permanente y moriríamos pronto, lo que lleva a concluir que el miedo es útil.

El miedo nos permite reaccionar ante situaciones de peligro reales o supuestas, que representan una amenaza bien sea para nuestra vida, nuestra tranquilidad, o nuestra seguridad. Reaccionamos huyendo, escondiéndonos, paralizándonos o a veces simplemente actuamos de forma sumisa. Cuando sentimos miedo también se producen una serie de cambios en nuestro cuerpo como el incremento de presión arterial, frecuencia cardiaca, niveles de azúcar en la sangre, se aumenta el consumo de energía celular, de adrenalina y la actividad de alerta cerebral.

Muchas cosas pueden producir miedo en una persona; miedo a hablar en público, a no ser aceptado, al que dirán, miedo a las alturas, a los ratones, a la carencia, en fin, existen innumerables tipos de miedos y es importante aprender a reconocerlos.

¿Cómo se clasifican los miedos? Existen los miedos Biológicos y los Psicológicos.

  • Biológicos: Son esos miedos que el ser humano ha sentido desde la época de las cavernas y que nos permiten nuestra supervivencia. Por ejemplo, los fenómenos naturales como los terremotos, tormentas, inundaciones y muchos más, generan una sensación de miedo inminente y causan angustia. Algunos corremos para protegernos otros podemos experimentar una sensación de parálisis, de desconcierto total, de bloqueo entre otros. Estos miedos se viven en presente y duran poco tiempo y como se indicó anteriormente, generan reacciones en nuestra biología.
  • Miedos psicológicos o condicionados: Son los miedos que aprendemos a partir de nuestras propias experiencias. Se han instaurado en nuestra cultura y en nuestro ambiente natural. Aprendemos a tener miedo a aquellas cosas que también les causaba miedo a alguno de nuestros padres como por ejemplo el miedo a las mariposas, o a la oscuridad. Evitamos hacer algún determinado deporte porque nuestra madre nos repetía que era muy peligroso y podríamos caernos y fracturarnos un pie o un brazo y simplemente nunca nos atrevemos a practicarlo; nos volvemos temerosos. O bien, sentimos miedo a quedarnos encerrados en algún espacio, porque siendo niños tuvimos la experiencia de quedarnos atrapados en un ascensor, y no asociamos ese momento que vivimos en ese instante con el miedo que puedo sentir ahora al estar en espacios cerrados.

Estos son miedos aprendidos por repetición, por experiencias o por asociación que no nos benefician, nos son peligros reales, pero nos sentimos atrapados, son inconvenientes, porque afectan nuestra vida cotidiana produciéndonos stress e infelicidad.

¿Cómo podemos controlar los Miedos?

Los miedos están en la mente emocional. Los cargamos, los llevamos, pero no sabemos de dónde vienen. Existen muchas herramientas para controlar los miedos y no dejarnos gobernar por ellos.

1. Reconocer los miedos: observar que nos causa esa desagradable sensación: ¿Cuándo se presentan? ¿Bajo qué circunstancias? ¿Como me afecto? ¿Qué reacciones tomo? ¿Qué puedo hacer para que no me afecte más? Cuando empezamos a analizar e integrar esa información y a hacer consciencia, iniciamos un proceso de sanación.

2. Meditar: Esta práctica ayuda a calmar nuestros pensamientos. La respiración consciente nos trae al aquí y al ahora.

3. Hábitos saludables: La actividad física siempre es aconsejable. Hacer ejercicio, caminar, bailar, practicar algún deporte, nos hará menos vulnerables a la activación del miedo. Igualmente debemos procurar descansar y dormir bien.

4. Terapia: Los miedos extremos, las fobias, requieren apoyo profesional para ayudar a identificar el origen de esos miedos que no logramos controlar y como enfrentarlos.

Por último, deja ir toda esa información que está en tu subconsciente, libérala, suéltala. No permitas que tus miedos te controlen.

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