Alimentación como componente fundamental del cuidado de adulto mayor

Cuando hablamos de envejecimiento, hacemos referencia a un proceso dinámico, progresivo e irreversible, en donde influyen factores biológicos, psicológicos y sociales. Estos cambios empiezan a manifestarse después de los 50 años, pero su mayor o menor expresión dependen en gran medida del tipo de vida y alimentación de las personas. Una persona activa y sana tendrá un proceso más lento que una persona sedentaria o que ha estado expuesta a mucho estrés, o que ha tenido unas condiciones de vida muy difíciles.Algunos de los cambios más comunes durante el proceso del envejecimiento son:

Cambios de estatura ya que se empiezan a reducir los espacios intervertebrales, lo cual hace que las personas se vayan “encogiendo” y otras tiendan a encorvarse.

  • Disminución de la masa muscular.
  • Aumento de la fragilidad.
  • Acumulación de grasa en cintura y abdomen.
  • Perdida de la sensibilidad de las papilas gustativas algunas veces causada por los medicamentos otras veces por estrés.
  • Dificultad para masticar por daños en la dentadura.
  • Estreñimiento por quietud.
  • Aumento o disminución de peso.
  • Metabolismo lento.. Inapetencia, bajo consumo de líquidos.

Todos estos cambios pueden, además, disminuir la condición de resistencia frente a infecciones, y otras enfermedades, de ahí la necesidad de ir evaluando y vigilando permanentemente el estado nutricional del adulto mayor con el apoyo en la medida de lo posible, de un profesional que realice una valoración y diseñe un plan de alimentación acorde a las necesidades alimentarias del adulto mayor.

Estas valoraciones consisten en un análisis individual que incluye exámenes de laboratorio, revisión del sistema digestivo, estilo de vida, tipo de comidas que la persona realiza, porciones que consume, peso y talla. Con esta información se hace un diagnóstico para poder hacer las recomendaciones del plan alimentario de acuerdo con los gustos de las personas.

MANEJO DE LA DIETA EN CASA.

Una dieta saludable debe ser:

  • Equilibrada
  • Completa
  • Suficiente
  • Adecuada.

Los alimentos se agrupan de acuerdo a sus características nutricionales en: Macronutrientes (hidratos de carbono proteínas y grasas), los cuales se requieren en grandes cantidades ya que aportan energía y los micronutrientes (vitaminas y minerales), los cuales necesitamos en pequeñas cantidades y no aportan energía.

La alimentación por lo tanto de cualquier persona, deben contemplar estas dos categorías nutricionales, pero según la edad de la persona se debe ir ajustando, con base en la tolerancia, capacidad gástrica (la cual tiende a disminuir con los años) y capacidad de masticación (según si tiene dentadura completa o no).

Al diseñar la dieta del adulto mayor, se debe tener claro los grupos de alimentos existentes y su aporte, con el fin de incluirlos todos diariamente, repartidos en las diferentes comidas.

  • Lácteos: son fuente líder de proteína, calcio y contienen vitamina B, D y B12 y minerales. Se debe consumir leche y quesos bajos en grasa.
  • Frutas y verdura: Son líderes en vitaminas y minerales. Aportan agua, antioxidantes, y fibra. Las frutas se deben consumir enteras y no en jugo para no perder los nutrientes ni aumentar el consumo de azúcar, además, la fibra que contiene la fruta, ayuda a disminuir el estreñimiento. Es importante consumir frutas de todos los colores durante la semana ya que cada color aporta una vitamina diferente. En cuanto a las verduras se deben aprovechar al máximo en ensaladas, pero para algunos adultos mayores se dificulta consumirlas, por lo cual se pueden preparar al vapor o en puré evitando cocerlas mucho para no perder nutrientes. Se deben consumir dos veces al día.
  • Carbohidratos: Se encuentran en las harinas (cereales, pastas, papas), y en los azucares (dulces, postres, refrescos). Aportan gran cantidad de energía y deben ser consumidos en su justa medida. Se recomienda el consumo de harinas integrales y evitar el consumo de alimentos con mucha azúcar agregada..
  • Proteínas: Se encuentran en las carnes. Son de gran importancia porque ayudan en la creación de defensas. Contribuyen a la formación de tejidos y reparaciones, y protegen de la perdida de la masa muscular. Fortalecen piel, cabello y uñas. Las carnes deben consumirse magras, sin grasa y el pollo y el pavo deben consumirse sin piel. Aumentar el consumo de omega 3 y omega 6 que ofrecen los pescados como el salmón y las sardinas. Evitar el consumo de embutidos ya que son alimentos muy procesados alto contenido en sodio.
  • Huevo: Puede consumirse diario. Es rico en proteínas y es muy completo en soporte nutricional.
  • Grasas y aceites: Se recomienda las de origen vegetal que no tienen colesterol: Oliva, canola o girasol.
  • Frutos secos: Son productos que tienen grasa saludable y mejoran el colesterol bueno.
  • Sal: Hay vigilar la cantidad a utilizar en las preparaciones según la situación particular de cada persona. Para dar sabor a los alimentos se recomienda utilizar ajo, limón y hierbas naturales.

Recomendaciones: Realizar entre 3 y 5 comidas al día. Vigilar horarios y porciones. Algunas personas no alcanzan a cubrir el total de energía y calorías que el cuerpo necesita en el día y por esos es importante hacer 5 comidas donde se incluyan todos los grupos de alimentos. El fraccionamiento es saludable e importante si lo manéjanos adecuadamente.

Por último, el ejercicio es muy importante porque va muy de la mano con una alimentación saludable. Salir a caminar, o bailar en casa, o realizar una rutina de ejercicios acorde con las necesidades y capacidades de la persona, proporciona energía, mejora el ánimo y mantiene activas a las personas.

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